Si hay algo que podemos afirmar sin temor a equivocarnos, es que nada permanece.
Si hay algo que podemos afirmar sin temor a equivocarnos, es que nada permanece.
Cuando cambiamos nuestra forma de contemplar el mundo, el mundo que contemplamos CAMBIA...
La primera vez que escuché hablar de lo que era el coaching, fue hace muchos años. En aquel momento, ni siquiera yo, sabía lo que significaba. Sin embargo, la persona que me lo explicó, puso tanta pasión en sus palabras, que en ese mismo momento, supe que yo también quería hacer algo así por los demás.
Hay una frase de Viktor Frankl que me dejó huella, da igual la circunstancia en la que nos encontremos, siempre nos quedará la opción de elegir como vivirla, como afrontarla e interpretarla. Es lo que él llama la última de nuestras libertades.
El otro día, hablando con una amiga, surgió la gran pregunta, ¿por qué fallamos? Si nos damos cuenta, estas tres palabras llevan implícitas una enorme trampa...
Enero avanza y todos apuramos los últimos excesos, los momentos de disfrute, las excusas que nos liberan de cualquier tipo de responsabilidad o mesura, porque sabemos que, en una fecha próxima e inminente, nos veremos obligados a resetearnos de nuevo...
Hablar de ansiedad equivale, muchas veces, a hablar de estrés. Utilizamos indistintamente ambos términos para referirnos a lo mismo, y ese “mismo” alude a casi cualquier cosa que nos pasa, “estoy estresada” o “tengo ansiedad” son frases habituales, que significan que estamos haciendo mucho de algo, que nos estamos “esforzando”...
No es fácil enfrentarnos a nosotros mismos, conocernos, saber quiénes somos de verdad. Tampoco lo es reconocer muchas de nuestras sombras, ni por supuesto, encontrarnos en ellas. Vernos en modo automático, refugiándonos en cualquier cosa que encontramos al abrir el frigorífico, es algo que nos cuesta asimilar. Y sin embargo, a quién no le ha sucedido?...
Recientemente, descubrí que existen distintos tipos de “hambre”. Me sorprendió entender que comer es el acto de cruzar la barrera de la intimidad entre el grupo y mi cuerpo. Cuantas menos personas haya más íntima será la experiencia, cuantos más seamos, más impersonal. Nos comunicamos con el resto del mundo a través de nuestros orificios, por lo que al comer estamos asimilando nuestro entorno. La comida no es tanto un sistema de lenguaje implícito, como una herramienta que nos permite relacionarnos con los demás e inevitablemente, con nosotros mismos.
Dicen que “no hay mejor indicador de la calidad de una relación que la manera en la que evaluamos la escucha que en ella se produce”