El agua es el elemento más abundante del organismo. En adulto puede tener entre el 60-70%. Se encuentra distribuida en diferentes compartimentos: por un lado está el líquido intracelular (interior de las células), y el líquido extracelular (fuera de las células). Esté último se divide en el líquido intersticial, que es el que baña las células y el plasma que es líquido que se encuentra formando parte de la sangre.
El cuerpo cuenta con sistemas que regulan y mantienen en equilibrio los niveles de agua, pero cuando este equilibrio se rompe, se puede producir lo que llamamos retención de líquidos. Como consecuencia se forman edemas, que es un aumento anormal del volumen de líquido intersticial. Es un problema que suele darse con más frecuencia en mujeres que en hombres.
Mayoritariamente ocurre por una afección no patológica donde la causa puede ser una simple dilatación de las venas en épocas donde las temperaturas son más altas. Cuando ya es una patología puede estar causada por problemas circulatorios, insuficiencia cardiaca congestiva y enfermedades renales o hepáticas. Tanto en un caso como el otro, disminuye también la capacidad de retorno venoso y se hinchan las piernas, produciendo dolor y pesadez.
Aparte de nuestra actividad física, estilo de vida, estrés, cambios hormonales durante la menstruación o ingesta de fármacos … nuestra alimentación juega un papel crucial en este proceso de la retención de líquidos.
Algunos consejos par evitarlo o mejorar los síntomas:
- Beber más agua: algunas veces es contradictorio, pero si estamos deshidratados el cuerpo va a retener el agua que necesita. 1,5-2litros/día. ¡Sobre todo ahora en verano!
- Cambios en la dieta: la obesidad es una de las causas de este problema. Al perder el peso de más, se mejora notablemente el hinchazón en piernas, tobillos y rodillas.
- El mayor enemigo de la retención de líquidos es el sodio, cuanto más cantidad de este mineral exista en nuestro organismo más cantidad se puede retener. Reducir la sal de nuestras comidas pudiendo aderezarlas con hierbas aromáticas, limón, ajo, vinagre o cebolla.
- Basar nuestra alimentación en verduras, frutas, legumbres, hortalizas, hidratos de carbono complejos como pasta y arroz integral. Té verde es un magnifico diurético que ayudaría en la disminución de los síntomas.
- Limitar el consumo de conservas, ahumados, embutidos, patés y productos que contengan conservantes ó altas cantidades de sal. También es recomendable eliminar o reducir de la dieta salsas, alimentos precocinados o comidas rápidas que tienen aditivos ó potenciadores del sabor, ya que suelen tener un alto contenido en sodio.
La retención de líquidos suele empeorar por la tarde por lo que a parte de las recomendaciones arriba descritas ayudarían a paliar este empeoramiento sobre todo al final del día, aún así podemos realizar ejercicios suaves que hagan circular la sangre y fortalecer los músculos. Por ejemplo, tumbarse boca arriba y mover las piernas como si estuviera montando en bicicleta, estirar la pantorrilla y hacer repeticiones de este estiramiento, caminar todos los días durante 30 minutos sobre todo por la tarde ó practicar natación suave varios días a la semana. Elevar las piernas sobre una almohada cuando esté descansando o durmiendo también ayudaría mucho a reducir está retención.
¿Te cuesta beber? Ponle imaginación al agua y prepárate nuestras bebidas favoritas de verano como la que ves en la foto con zumo de 2 limones, 2 rodajas de Jengibre, hojas de menta, 1/2 pepino, agua y mucho hielo!
Cada hábito cuenta y cada día más cerca de tu objetivo.
por Nela
Directora Ejecutiva de Kilosout.