La primera vez que escuché hablar de lo que era el coaching, fue hace muchos años. En aquel momento, ni siquiera yo, sabía lo que significaba. Sin embargo, la persona que me lo explicó, puso tanta pasión en sus palabras, que en ese mismo momento, supe que yo también quería hacer algo así por los demás. Acompañar a otros en su camino de auto-conocimiento, es mucho más que una profesión. Es un regalo que la vida pone a nuestra disposición para poder DAR en el más amplio sentido de la palabra.
Dar de tu tiempo, de tu aprendizaje, de tu experiencia y de tu propio dolor. Tiempo después, uno de mis maestros, y en un momento de intenso sufrimiento, me contó que no podemos acompañar a nadie, a ningún lugar donde no hayamos estado. Y fue ahí cuando comprendí que mi propio proceso, era exactamente lo que necesitaba para poder dar forma a esa vocación, surgida de un encuentro casual, que con tanta fuerza y determinación, anidaba en mi desde entonces.
No es ningún secreto que los resultados que obtenemos en nuestra vida, dependen exclusivamente de nuestra forma de pensar. Y que esta forma de pensar, viene de la mano de nuestras creencias, nuestros miedos, nuestra percepción de nosotras mismas y el modo en el que nos limitamos, definiéndonos en términos de absolutos y opuestos, soy/no soy, puedo/no puedo.
Un proceso de coaching nos da la posibilidad de ampliar esa visión de nosotros mismos hasta un punto en el jamás, nos hubiéramos soñado. Es un camino lleno de belleza que nos devuelve un yo nuevo, mucho más amoroso, compasivo y poderoso de lo que creíamos ser al principio. Es cierto que para atravesarlo se necesita coraje, valor para profundizar en nuestro interior y desde ahí, tomar las riendas de nuestra propia vida, asumir nuestra responsabilidad y decidirnos a elegir cómo y desde dónde queremos vivir. Y ahí es donde la figura del coach, tan humilde como un pequeño escalón en la escalera de la vida, surge para sostenernos mientras atravesamos nuestras sombras.
Para contratar un proceso de coaching no necesitas tener un problema, solo muchas ganas de crecer, de mejorar, de avanzar, de ir más allá. Estos son solo algunos de sus beneficios:
- Saca lo mejor de ti, te transforma y te convierte en una mejor versión de ti mismo.
- Te desafía a conseguir mayores metas y logros, a pensar en grande.
- Te libera de falsas creencias y auto-sabotajes, empoderándote al máximo en todo tu potencial.
- Obtienes mucha más claridad acerca de quién eres, de lo que quieres, permitiéndote pasar a la acción con una confianza mayor.
- Te motiva a hacer más, a conectar con tu alegría, tu entusiasmo, tu vitalidad, tu energía.
- Repercute directamente en tu salud mental, emocional, espiritual y física.
Es un camino sin retorno a la decisión de vivir desde tu mejor yo, con más herramientas, una consciencia más amplia de ti mismo y una fe profunda en ti y en tus capacidades.
¿Alguien que se anime a transitarlo?