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Septiembre ha sido para mi el mes de las oportunidades y, por tanto, de los cambios. Para poder afrontar este mes con ilusión y meterme de lleno en la búsqueda de nuevas metas personales y profesionales, ha sido vital mantener mi actitud positiva.

He respirado aire fresco y quería compartir con vosotros cómo he tomado mis decisiones.

  1. Aléjate de pensamientos negativos y pesimistas. Fortalece tu interior, y evita posibles momentos de frustración. Hay cosas que no están bajo tu control, y tan solo puedes fluir con la suerte que te depare el destino. Pero hay otras, que dependen sólo de ti. Empieza hoy mismo a trabajar en ello.
  1. Pregúntate, ¿Qué es lo peor que puede pasar?. Analiza ventajas y desventajas de cada opción, ¿qué pasa si lo haces, y si no lo haces?. Ponte en marcha para lograr tu meta o deshacerte, de una vez por todas, de esa duda que no te deja dormir o que te incomoda.
  1. Se realista. Recuerda no dejarte llevar por le miedo o por las ilusiones desmedidas. Ya sabes lo que puede o no pasar, identifica los riesgos que puedes tolerar y las ventajas que más te agradan.
  1. Se tú mismo. No seas quien le gustaría a otro que fueras. Piensa que eres la pieza del puzle que todavía está sin terminar y sólo tú puedes acabarlo.
  1. Actúa en consecuencia. Ahora que ya sabes lo que puedes o no puedes aceptar y conoces la decisión que es más positiva para ti, es momento de llevarla a cabo. No tardes, cuanto antes, mejor.

Se trata de probar una y otra vez. No siempre el primer paso es el acertado, pero forma parte del siguiente que será cada vez más certero.

Cada minuto de nuestras vidas está definido por las decisiones que tomamos consciente o inconscientemente. Éstas pueden cambiar nuestra carrera, nuestras relaciones o nuestra vida completa. Incluso al no elegir, estamos decidiendo. Por desgracia no existe ningún manual al que puedas acudir a buscar la respuesta correcta, entonces, ¿Empezamos a tomar buenas decisiones?